El amor platónico
Me gustaría contar una pequeña anécdota que me ocurrió no hace mucho y de la que quiero sacar alguna conclusión. La vida es un arte y hay que saber hacer una administración inteligente de ella.
Es un ensayo en el que vamos aprendiendo al compás de los hechos que nos acontecen. Acabo de terminar de releer la novela de Juan Valera, Pepita Jiménez, epistolar y psicológica, en la que un joven adolescente se va enamorando poco a poco y le cuenta los hechos a un tío suyo. En algún momento dado me he estado acordando de La educación sentimental de Flaubert, un amor que no llega a su cumplimiento, pero repleto de recodos afectivos y pasionales.
Uno y otro autor supieron adentrarse en la intimidad y describir sus hechos. El primero, de forma realista y, el segundo, de manera romántica.
Todo esto viene a colación de la anécdota que quiero contar, que me sucedió un día al salir de la
Universidad.
Una adolescente de dieciocho años, que está en primer curso de carrera, me aborda y me cuenta que está nerviosa, inquieta, y que ha empezado a no dormir bien por la noche. Para un psiquiatra, no dormir bien es un síntoma importante, aunque puede significar cosas muy diversas. El caso es que se estaba enamorando de un chico, que pasaba todo el día pensando en él, si bien no habían llegado a salir juntos; lo más, encuentros en clase, sentarse juntos, y hablar y compartir esos tiempos de aulas y estudios.
Lo interesante de esta joven es el hecho de tener a ese chico en la cabeza muchas horas al día. Don
Quijote decía que Dulcinea era la dama de sus pensamientos.
Pensar mucho en alguien es estar a las puertas de enamorarse de él. Esta actitud tiene un nombre específico: amor platónico, modalidad de la especie sentimental, frecuente en los amores primerizos
juveniles, que se elabora con muy pocos materiales reales y se incendia con la imaginación desbordada y sin el más mínimo control. Se fabrican paraísos y escenarios mentales que alientan la relación, pero la base es escasa: conversaciones, gestos, miradas, palabras difusas que invitan a repensarlas y la atracción física como anzuelo.
¿Es peligrosa esta situación? Es conveniente adentrarse en los distintos pasadizos del edificio sentimental, e insisto en algo importante: lo que no puede fallar es la base. Lo importante es que el corazón no vaya más deprisa que los hechos, si no, después viene el desencanto y la melancolía, ganados a pulso, de un amor construido con demasiada fragilidad, vulnerable a los primeros vientos contrarios.
Es bueno seguir con esa amistad, pero hay que darle tiempo. Necesita trato, relación, conocimiento
mutuo, compartir experiencias, explorarse recíprocamente.
[…] El hombre es un animal de lejanías atentas: el único capaz de tomar distancia y verse a sí mismo desde el patio de butacas. Uno permanece vigilante, pero no se aleja de la realidad; solamente se aparta de ella y toma buena nota. Es un doble trabajo: de actor y de espectador. […]
Es menester poner bases sólidas para edificar un amor fuerte y resistente, porque, como he comentado en otra ocasión, la vida no se improvisa, menos aún en sus grandes temas.
Enrique ROJASLa ilusión de vivir. Instrucciones para navegar hacia la felicidad
Temas de Hoy
CUESTIONES
1.- ¿Cuándo sucede la anécdota que cuenta Enrique Rojas?
2.- ¿Quiénes protagonizan esta anécdota?
3.- ¿Qué autores literarios aparecen nombrados en el texto?
4.- ¿Qué enfoque da a sus obras cada uno de los autores anteriores?
5.- ¿A qué otros dos autores se alude en el texto?
6.- ¿Cómo es el «amor construido con demasiada fragilidad»? Defínelo con dos adjetivos.
7.- ¿Cuáles son los «vientos contrarios» a los que alude el autor?
Rojas afirma que «lo que no puede fallar es la base». ¿Cómo se debe actuar para que esto
no ocurra?
8.- Transforma las siguientes expresiones formales del texto de manera que la frase tome un carácter informal y no pierda su sentido.
a) Hay que saber hacer una administración inteligente de la vida.➙
b) Todo esto viene a colación de la anécdota que quiero contar.➙
c) Es menester poner bases sólidas.➙
9.- Realiza el mismo ejercicio, pero transformando expresiones informales en lenguaje formal.
a) El caso es que se estaba enamorando de un chico. ➙
b) El desencanto y la melancolía ganados a pulso. ➙
c) Es el hecho de tener a ese chico en la cabeza todo el día. ➙
10.- Crea una oración con cada una de las palabras subrayadas en el texto, en la que estas
tengan un sentido diferente. ¿En qué situación comunicativa las emplearías?
modalidad ➙
especie ➙
sentimental ➙
11.- Analiza estas oraciones:
-Es conveniente adentrarse en los distintos pasadizos del edificio sentimental
-Una adolescente de dieciocho años, que está en primer curso de carrera, me aborda
-Hay que saber hacer una administración inteligente de la vida
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